Por Tom Tracy
Catholic News Service
WEST PALM BEACH, Florida (CNS) — La primera visita presidencial estadounidense a Cuba en 90 años y la demostrada disfunción diplomática en cuanto a los derechos humanos allí enfatizan la necesidad de que la iglesia sea una alternativa viable para ayudar al pueblo cubano, según un observador.
"No hay duda que hay tremendas diferencias entre ambos países ni de que el proceso de normalización ahora se moverá muy lentamente con la elección presidencial estadounidense en curso este año", dijo Andy Gómez, ayudante jubilado del rector y decano de Estudios Internacionales en la Universidad de Miami, donde era ayudante principal en el Instituto para Estudios Cubanos y Cubanoamericanos.
Gómez, su esposa y cientos de católicos del sur de Florida viajaron a Cuba en septiembre pasado en apoyo a la histórica visita del papa Francisco a la isla.
Gómez habló con Catholic News Service desde Arizona, donde había de dirigirse a educadores de colegios universitarios y universidades sobre los puntos a favor y en contra de los programas de viajes académicos de estudiantes a Cuba.
Durante una incómoda conferencia de prensa del 21 de marzo con el presidente Barack Obama en el Palacio de la Revolución en La Habana, el presidente cubano Raúl Castro se molestó por las preguntas de un reportero sobre el asunto de presos políticos y violaciones de los derechos humanos en Cuba, negando que había tales violaciones y que el país tuviera presos políticos. En sus comentarios, Obama planteó objeciones al encarcelamiento arbitrario de disidentes cubanos.
Castro sugirió que el embargo económico estadounidense y la base naval en Guantánamo son los impedimentos a mejores relaciones.
"Claramente Raúl se sintió agitado y desconcertado y no estaba preparado para oposición y preguntas", dijo Gómez a CNS, señalando que Castro respondió que las definiciones cubana y estadounidense de los derechos humanos son simplemente distintas.
"Pero espera un minuto: ¿No hay una definición internacional de los derechos humanos?", dijo Gómez expresando frustración ante la intratable situación.
"Es hora de que algunos en nuestro liderato de la Iglesia Católica asuman una postura más fuerte con el gobierno cubano y exijan más; es hora de dejar de bailar alrededor ellos", dijo Gómez añadiendo que las aperturas reciente para que negocios estadounidenses operen en Cuba son altamente selectas y de valor limitado para el pueblo cubano y para los negocios estadounidenses.
Compañías hoteleras y de cruceros anunciaron algunos arreglos comerciales nuevos con Cuba en línea con la histórica visita de tres días de Obama a Cuba. El presidente llegó a La Habana durante la tarde del 20 de marzo.
"Cuba está mirando a los estadounidenses en busca de negocios de turismo y será muy selectiva en cuanto a cuáles otras inversiones de Estados Unidos permitirán; abogados y líderes empresariales me están diciendo que los riesgos todavía son altos", dijo Gómez.
Él mantiene una relación personal con un programa parroquial de extensión a los pobres del distrito de La Habana Vieja en Cuba.
Gómez cree que más parroquias en Cuba podrían ser el mejor ambiente como anfitrionas de "programas para después de la escuela, enseñar catecismo, disciplina, valores cívicos y cosas que a largo plazo ayudarán a las familias".
"Satisfaciendo las necesidades más básicas del pueblo cubano en toda la isla y proveyendo esperanza es donde la Iglesia Católica puede ayudar en los niveles diocesano y parroquial y me gustaría ver la iglesia entrando más sacerdotes y monjas a Cuba porque algunas de las iglesias no católicas se están moviendo un poco más rápidamente que nosotros y están ganando popularidad".
Gómez dijo que tenía planeado decirle a su audiencia académica en Arizona que es generalmente beneficioso que estudiantes estadounidenses viajen a cuba en programas académicos, pero que deben entender que estarían entrando a un régimen totalitario.
Peter M. Sánchez, director de un programa postgraduado de Ciencias Políticas en la Universidad Loyola en Chicago y experto en política latinoamericana, dijo que la reciente misión diplomática a Cuba estaba destinada a quedarse corta de verdadero progreso.
"Aunque estos son todos buenos esfuerzos para romper el estancamiento del pasado, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba todavía están seriamente obstaculizadas por las sanciones económicas estadounidenses que el Congreso tiene el poder de levantar pero que probablemente no lo hará en el futuro cercano", dijo Sánchez a CNS.
"Estados Unidos quiere compensación por bienes nacionalizados después de la revolución cubana y Cuba argumenta que la Invasión de Bahía de Cochinos de 1961, junto con las sanciones económicas mantenidas durante mucho tiempo le han hecho más daño a Cuba que el costo de los bienes nacionalizados".
Este asunto puede ser resuelto, pero es más probable que no lo sea a menos que tengamos un congreso que apoye a un presidente que quiera terminar las sanciones económicas, dijo Sánchez.
Enrique S. Pumar, profesor asociado y director del departamento de Sociología en la Universidad Católica de América en Washington, dijo a CNS vía correo electrónico que con la visita de Obama ambos, Estados Unidos y Cuba, "han colocado los intereses económicos y políticos por encima de los derechos humanos y de asuntos más normativos". La administración Obama parece creer que intensas relaciones comerciales cambiarán Cuba".
"Estados Unidos debería presionar a los cubanos más directamente sobre la democracia y los derechos humanos ahora que tiene ventaja a pesar de las imperfecciones de nuestras interpretaciones sobre estos asuntos", dijo Pumar.
Él también dijo que no hay evidencia de que un incremento en las relaciones comerciales beneficiará directamente al pueblo cubano, "por lo menos por ahora".
Pumar dijo que el 70 por ciento de la economía cubana es controlada por el estado, como lo están los mercados laborales. El ciudadano cubano promedio "no está en libertad de buscar empleo por su cuenta", él dijo, explicando que ellos tienen que ir a través de agencias "y el estado determina sus salarios".
"Bajo estas condiciones, más comercio beneficiará a los inversionistas extranjeros y a la elite cubana", él añadió.
Vicky Machado, estudiante doctoral en la Universidad de Florida en Gainesville que viajó a Cuba con otros adultos jóvenes el año pasado para saludar al papa Francisco en La Habana, dijo estar contenta de ver conversaciones oficiales sobre los derechos humanos y el cambio climático entre Estados Unidos y Cuba.
"Creo que se requiere más diálogo para poder impulsar el cambio y tengo la esperanza de que este cambio sea para lo mejor, beneficiando tanto a Estados Unidos como al pueblo cubano", dijo Machado, nativa de Fort Lauderdale que ha estado activa en Pax Christi y en la Casa del Trabajador Católico para los desamparados en Gainesville.
"Todos compartimos este mundo y el cambio climático está comprobando ser una realidad para todos. Es hora que nuestros líderes se junten para atender tales asuntos comunes", ella dijo. "Solamente puedo tener la esperanza de que en este diálogo la justicia ambiental y los derechos humanos puedan pasar al primer plano".