Por Rhina Guidos
Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) – Pocos creían que las primeras cifras oficiales que decían que 64 personas habían muerto en Puerto Rico como resultado del huracán María en septiembre de 2017 pintaban la realidad de lo que había sucedido en la isla. La estadística increíblemente baja fue la que funcionarios de Puerto Rico difundieron poco después de lo que se considera uno de los peores desastres naturales que ha afectado a la isla.
Después de que muchos pusieron en duda el número oficial, funcionarios puertorriqueños comisionaron un estudio de la Universidad George Washington en Washington para obtener un número más exacto de muertes, y cuando se publicaron sus resultados el 28 de agosto, esto confirmó lo que muchos habían sospechado: Se estima que 2,975 personas perdieron sus vidas debido al desastre natural. Como resultado, Puerto Rico ahora ha revisado y ha elevado el número oficial de personas que fallecieron debido al desastre.
El estudio, llevado a cabo por la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la universidad George Washington, dijo que los certificados de defunción tal vez no tomaron en cuenta que las condiciones causadas por el huracán provocaron muertes en los días y meses después del desastre.
La falta de electricidad y agua y el impacto general a la infraestructura de la isla por la tormenta afectaron la manera de responder de los hospitales y profesionales de salud, y como atendieron a aquellos afectados. Los certificados de defunción no tomaron en cuenta todos esos factores y cómo las muertes fueron resultado de las condiciones creadas por el huracán. En un comunicado, las personas que estudiaron la situación para el informe de la universidad dijeron que la falta de comunicación, igual que la falta de entrenamiento de médicos para saber cómo certificar muertes causadas por el desastre resultaron en un número bajo de muertes identificadas, al principio, como relacionadas con el huracán.
Ciertos grupos, en áreas de bajos ingresos y ancianos, enfrentaron el mayor riesgo durante el desastre, dijo el Doctor Carlos Santos-Burgoa, investigador principal del proyecto y profesor de la Universidad George Washington, en un comunicado emitido por la universidad.
El estudio analizó el exceso de muertes desde septiembre de 2017 hasta febrero de 2018 y encontró que las muertes durante ese periodo subieron un 22 por ciento más que el número de muertes que se esperaba durante ese período en un año sin huracán, decía el comunicado. Las personas en los municipios más pobres enfrentaron un riesgo 60 por ciento más alto de mortalidad durante ese período de tiempo, según el estudio.
Después del huracán, grupos católicos y organizaciones de los Estados Unidos continentales, incluso Catholic Extension, Catholic Relief Services, así como muchas parroquias, viajaron al territorio para ayudar.
El estudio publicado en agosto no es el primero que buscó un número más preciso de muertes o explicación de las estadísticas bajas reportadas inicialmente.
A fines de mayo, científicos de la escuela de salud pública T.H. Chan de la Universidad Harvard y otras instituciones publicaron en el New England Journal of Medicine un estudio que después de investigaciones decía que unas 4,600 personas murieron en la isla debido al huracán que azotó a Puerto Rico con vientos de 175 millas por hora el 20 septiembre de 2017.