La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que anuló el aborto legalizado es el resultado de 50 años de defensa y oración, según los obispos del estado de Nueva York. “Esta decisión justa salvará a innumerables niños inocentes que simplemente esperan nacer. En este día histórico, nuestra gratitud se extiende a los millones de americanos heroicos que han trabajado incansablemente para lograr este resultado durante casi medio siglo”, señaló una declaración del 24 de junio de los obispos de Nueva York, incluido el obispo de Rochester, Salvatore R. Matano. La declaración fue en reacción al voto de 6-3 de la Corte Suprema en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization que ahora prohíbe el derecho federal al aborto.
“Mujeres y hombres, niños y adultos, creyentes y no creyentes, personas de todas las culturas y antecedentes han abogado por la vida. Han sido una voz caritativa y convincente para los que no tienen voz, y hoy, su voz ha sido escuchada”, continuó la declaración de los obispos de Nueva York. “Como católicos, hemos orado y ayunado, realizado vigilias, ofrecido Misas y testificado pacíficamente en estas últimas cinco décadas. Nos hemos unido a otros para educar a los niños en edad escolar, abrir centros de atención del embarazo, caminar con las madres, ofrecer asesoramiento postaborto y marchar, año tras año, a la Corte Suprema de los Estados Unidos para testificar por la vida”.
Si bien los obispos del estado señalaron que están “encantados con este resultado de la Corte”, reconocieron que el aborto sigue siendo un tema intensamente polarizado entre el público en general.
“Debemos recordar que esta es una victoria judicial, no cultural”, declaró la declaración de los obispos. “La cultura sigue profundamente dividida sobre el tema, lo que se evidenciará en el mosaico de estatutos estatales relacionados con el aborto en todo el país. Para cambiar la cultura y construir una cultura de la vida, necesitamos promulgar políticas favorables a la familia que den la bienvenida a los niños, apoyen a las madres, aprecien a las familias y las capaciten para prosperar”.