ROCHESTER — ¿Es tratar la violencia como una enfermedad la clave para frenarla?
Eso es lo que Action for a Better Community está tratando de descubrir al replicar un modelo contra la violencia que ha sido exitoso en Chicago y otras ciudades alrededor del mundo.
El modelo Cura la Violencia fue desarrollado inicialmente para lidiar con las pandillas en Chicago, explicó Naimah Sierra, subdirectora de la división de servicios a jóvenes y la comunidad de ABC.
"Realmente se basa en la filosofía de que la violencia es como una epidemia", dijo. "Si se interrumpe la transmisión, uno puede hacer cambios en la conducta".
Frank Pérez, director nacional de Cura la Violencia, dijo que el modelo de hecho fue creado por el Dr. Gary Slutkin, un epidemiólogo que pasó años estudiando enfermedades contagiosas. Slutkin incluso trabajó en el continente africano estudiando la propagación de cólera, SIDA, tuberculosis y fiebre tifoidea, añadió Pérez.
Cuando él regresó a Chicago a mediados de la década del 1990, Slutkin decidió empezar a trabajar en el tratamiento de la violencia en la ciudad de la misma manera como eran tratadas las enfermedades que había estudiado, explicó Pérez.
"Tenemos que tratar la violencia no solamente desde la perspectiva de justicia penal sino como una enfermedad contagiosa", observó Pérez. "La violencia imita la enfermedad contagiosa: Tiene tiempos difíciles. Afecta a una población de alto riesgo que usa drogas intravenosas con múltiples parejas sexuales. … Tratemos la violencia desde esa perspectiva; como una enfermedad contagiosa y desde la perspectiva de una conducta aprendida".
El modelo usa los mismos tres componentes usados para revertir los brotes de enfermedades epidémicas, de acuerdo a http://cureviolencia .org/the-model:
* Interrumpir la transmisión de la enfermedad.
* Reducir el riesgo de los de riesgo mayor.
* Cambiar las normas de la comunidad.
Para ser un agente catalítico para el cambio en Rochester es la razón por la que ABC decidió solicitar una subvención estatal contra la violencia a principios de este año y recibió $280,000 para la implantación de la iniciativa "Salve a Nuestros Jóvenes, dijo Sierra.
Pérez dijo que aunque Cura la Violencia provee adiestramiento y apoyo de 24 horas a cada una de las comunidades que asiste nacional e internacionalmente, a cada comunidad se le pide que ponga su propio nombre a su programa.
Sin embargo, el modelo es similar, ya que cada programa tiene un director de programa, trabajadores de extensión e impedidores de la violencia. El modelo de Rochester tendrá por objeto el barrio noreste bordeado por la Avenida Joseph y las calles Norton, Wilkins y Carter, dijo Sierra.
Cuando el modelo fue empleado por primera vez en el área de Chicago que tenía el peor récord de violencia, el distrito de la policía de esa área vio una reducción de 67% en los tiroteos y asesinatos en los primeros 12 meses, dijo Pérez.
Esas cifras fueron vistas como un golpe de suerte, por lo que el personal de Cura la Violencia puso el modelo a trabajar en otros tres distritos y vieron reducciones del 30 por ciento al 35 por ciento, agregó.
Ahora, los modelos de Cura la Violencia existen en 18 comunidades en Chicago, otras seis en Illinois, varias ciudades en otros estados, e incluso en Iraq, Afganistán, África del Sur y Londres.
Él dijo que ya sea que la violencia esté vinculada a grupos llamados pandillas o tribus, a menudo tales incidentes son el resultado de simplemente "faltarle el respeto" a alguien, de tratar de quitarle la novia a alguien hasta pelear por la pobreza, dijo Pérez.
"Es una tontería", dijo. "Porque le faltaste el respeto a alguien, tienes que guardar las apariencias y reaccionar. Y eso resulta en la muerte de alguien".
El personal colaborará con otras organizaciones para interrumpir tales incidentes, incluyendo Pathways for Peace y las iglesias, así como los residentes del área, dijo Sierra. Los dos impedidores de la violencia estarán vigilantes para identificar posibles incidentes, mientras que los dos trabajadores de extensión conectarán a los jóvenes con recursos tales como trabajos, escuelas e incluso servicios para las víctimas, de ser necesario.
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Alfredo González ha sido contratado como director del programa y Pedro Franco como trabajador de extensión, añadió ella, y la implantación total del modelo será en el otoño.
El modelo no solamente intenta frenar la violencia, sino también movilizar la comunidad y sus residentes para cambiar lo que piensan acerca de sus propios barrios, dijo Sierra.
"Eso significa que la gente no simplemente acepte la violencia como parte de vivir en el interior de la ciudad", dijo. "La idea es prevenir la violencia como parte de la vida en el interior de la ciudad
La clave del éxito para Salve a Nuestros Jóvenes será la aceptación de la comunidad, observó Ray Mayoliz, director de la oficina de extensión a los jóvenes y prevención de la violencia de la ciudad, que supervisa a Pathways for Peace. Pathways ha estado trabajando en estrategias para la prevención de la violencia desde el 1998, dijo.
"Los residentes (deben) sentirse seguros de modo que cuando la violencia con armas de fuego ocurra, la gente hable sobre lo que ven", dijo. Eso es una de las cosas más difíciles de hacer".
Los esfuerzos más recientes para hacer esto — que fueron parte de Operation SNUG, un programa estatal para reducir el crimen violento y la actividad de pandillas — tuvo algún éxito, dijo él, con una reducción de 40 por ciento en los tiroteos durante un período de seis meses en el 2011. Pero los fondos para tales esfuerzos ahora han sido asignados a Salve a Nuestros Jóvenes, explicó Sierra.
El nuevo esfuerzo de ABC es importante porque no sólo ve la violencia de las pandillas sino que es un enfoque holístico de la violencia juvenil, dijo Mayoliz. Eso incluye garantizar la seguridad en el sendero para caminar El Camino o para los estudiantes que caminan a la escuela o de la casa a los centros de recreación de la ciudad, añadió.
"Mi oficina está orientada hacia el pasaje seguro y el desarrollo de relaciones", observó Mayoliz.
Pathways trabajará con el personal de Salve a Nuestros Jóvenes para desarrollar esas relaciones en el área objetivo así como en la comunidad general.
Actualmente él está trabajando en re-vigorizar el programa Pathways, que queda sin un miembro del personal bilingüe ahora que su puesto ha pasado a la oficina de recreación, explicó Mayoliz.
Otras organizaciones locales dicen que esperan ser parte de la iniciativa de ABC pero están esperando hasta que la agencia termine de contratar el personal.
La sargenta Jacqueline Shuman dijo que el Departamento de la Policía está esperando a que ABC termine de contratar y capacitar al personal para determinar cuál será su rol. Carlos García, director ejecutivo de Partners in Restorative Initiatives (Socios en Iniciativas Reconstituyentes), dijo que su organización está lista para asistir en el proceso de capacitación de los miembros del personal que ABC contrate.
"Hemos capacitado a algunos de sus empleados en prácticas reconstituyentes en el pasado y espero hacerlo de nuevo esta vez", dijo.
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Quienquiera que sea contratado para esta iniciativa debe ser alguien con quien los jóvenes puedan relacionarse, alguien con una experiencia compartida, coincidieron Mayoliz y Pérez.
Pérez dijo que Cura la Violencia asiste a las agencias para traer el tipo de persona adecuada para el trabajo. Esa persona podría vivir o tener familia que vive en esos barrios y ser partidaria de la comunidad, dijo.
Ellos podrían ser ex-convictos o ex miembros de pandillas, dijeron Pérez y Sierra. Esos tipos de gente pueden relacionarse con lo que está pasando en las vidas de los jóvenes y decirles lo que realmente pasará si no cambian, añadió Pérez.
"Deben ser mensajeros creíbles que han dejado su piel en el juego", dijo Pérez. "Si uno necesita cirugía cardíaca, uno no va al podiatra. Uno va al cardiólogo".
NOTA DE LA REDACCIÓN: Para información adicional acerca de Salve a Nuestros jóvenes, visite www.abcinfo.org o contacte a Naimah Sierra al 585-325-5116, ext. 1725.