Por Norma Montenegro Flynn
Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) — Casi 3,000 líderes de la pastoral hispana han regresado a sus parroquias y diócesis para compartir las ideas y el fruto de las conversaciones que tuvieron durante el quinto Encuentro Nacional en Grapevine, Texas.
Ya que esa fase del proceso de varios años ha llegado a su conclusión, la próxima fase está orientada a poner en práctica las lecciones aprendidas y producir fruto.
"Esto ha sido como un retiro, el mensaje que recibimos al final es como si uno tuviese el Espíritu Santo, uno tiene que llevárselo consigo y tenemos que ser santos y producir frutos de amor", dijo la hermana Judith Maldonado, de las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, quien estuvo presente en el evento. Su orden religiosa está involucrada en la pastoral familiar, sirviendo en parroquias en Maryland y Texas.
Durante los próximos meses el liderato del quinto Encuentro Nacional distribuirá un documento final enumerando las prioridades y los problemas principales identificados en 28 renglones pastorales. El documento ayudará a las diócesis, parroquias y estructuras nacionales en la redacción de sus propios planes pastorales de acuerdo con sus propias realidades y prioridades.
El equipo de acompañamiento del Encuentro, ENAVE, planea continuar ayudando con apoyo y observando el progreso.
"Hemos logrado cosas que de algunas maneras nunca hubiésemos imaginado que fueran posibles", dijo a Catholic News Service Ken Johnson-Mondragón, director de investigación del Encuentro. "Muros han caído; la gente ha vivido realmente la alegría de la cual habla el papa Francisco".
El proceso del Encuentro que comenzó hace cuatro años ha ayudado a miles de líderes de la pastoral hispana a entrar en diálogos entre sí y a llegarle a los que están en las periferias.
Johnson-Mondragón añadió que el Encuentro también ha promovido colaboraciones dentro y entre diócesis, algo conocido como "pastoral en conjunto", y ha ayudado a remover "el miedo de hablar abiertamente", acercando a los participantes más a sus pastores y obispos,
El Encuentro también identificó y preparó por los menos 25,000 nuevos líderes de la pastoral hispana en todo el país y aproximadamente un tercio de los líderes participantes son jóvenes y adultos jóvenes. Se calcula que unas 100,000 personas participaron en el proceso y llegaron a otras 150,000 personas en las periferias.
Otra ganancia importante es que el Encuentro ha capturado la atención y el apoyo de los obispos de toda la nación. Unos 125 obispos, hispanos y no hispanos, caminaron juntos con sus delegaciones diocesanas en la reunión y unas 160 de las 178 diócesis y arquidiócesis católicas romanas del país estuvieron representadas.
"La iglesia hispana está pidiendo información, está pidiendo apoyo, está pidiendo dirección," y obispos y pastores tienen que ayudar en esa tarea, dijo a CNS el obispo Oscar Cantú. El exdirector de la Diócesis de Las Cruces, Nuevo México es ahora obispo coadjutor de San José, California.
Lo que más sorprendió y agradó al obispo Cantú fue el tamaño de la reunión — con más de 3,000 participantes — y, como muchos otros, fue vigorizado por el optimismo y el impulso de los asistentes.
Las primeras tres recomendaciones que surgieron durante el proceso del Encuentro fueron la necesidad de desarrollar planes pastorales para la pastoral familiar diseñados según las necesidades de cada parroquia y diócesis; la necesidad de que la comunidad parroquial ayude a fortalecer las familias; y emplear a más adultos jóvenes hispanos en puestos de liderato.
Los 28 renglones pastorales abordados por el Encuentro incluyen los que se extienden hacia los jóvenes, los recintos universitarios, los inmigrantes, las familias, los discapacitados y los presos, así como las pastorales de vocaciones, provida, de formación de la fe y catequesis, de justicia y paz y hasta del cuidado del medioambiente, entre otras.
Unas palabras de consejo de la hermana de la misericordia Ana María Pineda, quien ha sido testigo de todos los Encuentros, son que es importante conectar los Encuentros pasados con el actual mientras se mantiene el enfoque en el trabajo presente en medio de los desafíos que este pueda presentar.
"Estamos siendo llamados a un momento muy especial en el tiempo y tenemos que dar un paso al frente para asegurar que estamos del lado de los pobres, del lado de aquellos que no pueden protegerse a sí mismos", dijo la hermana Pineda.