Por Cindy Wooden
Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — "Jesús lloró", dijo el papa Francisco al iniciar su homilía matinal y se refirió a las guerras y violencia que azotan varias partes del mundo.
Y la lectura del Evangelio del 19 de noviembre empieza así: "Mientras Jesús se acercaba a Jerusalén vio la ciudad y lloró, diciendo: ‘Si tan sólo vieras cómo se alcanza la paz, pero esto está oculto ante tus ojos’".
"Jesús también llora pues hemos preferido el camino de la guerra, el camino del odio, el camino de la enemistad", dijo el Papa durante la Misa que celebraba en la capilla de Domus Sanctae Marthae (Casa de Santa Marta), en donde vive.
"Todo el mundo" parece estar en guerra hoy en día, dijo el papa, y "no hay justificación" para ello.
"Una guerra puede ser ‘justa’ por así decirlo, debido a muchas razones, pero cuando todo el mundo se ve envuelto en guerra como lo está ahora, hay una guerra mundial (que se lleva a cabo) en porciones, aquí, allí, en todas partes; no hay justificación. Y Dios llora. Jesús llora", dijo el papa.
"Nos haría mucho bien pedir la gracia de las lágrimas por este mundo que no reconoce el camino de la paz", dijo el papa. "Pidamos por la conversión de los corazones".
El papa Francisco rezó por el Año de la Misericordia que se aproxima, para que venga con él "la gracia con la que el mundo descubra otra vez la habilidad de llorar por sus crímenes y por los que hacen la guerra".
"La Navidad se aproxima", dijo el papa, y pronto todo "será luces, árboles decorados, y hasta nacimientos"; pero si no hay señales de fe en Jesús y un compromiso de seguirlo, entonces "todo es falso".
El escoger la guerra es como decir: "Vamos a fabricar armas para que equilibremos el presupuesto un poco y para que avancen nuestros intereses’. El Señor tiene palabras fuertes contra esas personas: ‘¡Sean ustedes malditos!’ El Señor dijo: ‘Bienaventurados los hacedores de paz’. Los que se deciden por la guerra, los que hacen guerras, están malditos; son criminales".
Y mientras los que fabrican armas en todo el mundo se hacen ricos, dijo el papa, los hacedores de paz, humildemente, ayudan a sus semejantes uno a uno.