ROCHESTER — El Concejo de la Ciudad de Rochester votó unánimemente en febrero para que la ciudad siga siendo una "ciudad santuario" para inmigrantes y refugiados a pesar de la amenaza de perder el financiamiento federal.
Rochester adoptó su política de ciudad santuario en el 1986. La política tiene por objetivo proteger a los inmigrantes y refugiados asegurando que ellos pueden contactar a la policía y otras agencias de la ciudad sin temor de consecuencias adversas de inmigración, de acuerdo a una carta al concejo de la ciudad de la Alcaldesa Lovely Warren y un comité del concejo que desarrolló una propuesta de enmiendas a la política del 1986.
La propuesta del comité se basó en recomendaciones de la oficina del fiscal general estatal, de acuerdo a la Concejala Jackie Ortiz. Los cambios, aprobados por el concejo de la ciudad después de una audiencia pública el 21 de febrero, tenían por objeto proteger a la ciudad contra las amenazas hechas por el Presidente Donald Trump de eliminar el financiamiento federal de las ciudades santuario, dijo Ortiz.
Rochester no violaría la ley federal al continuar siendo una ciudad santuario, dijeron los funcionarios de la ciudad, ya que la política no prohíbe a los empleados de la ciudad comunicarse con agencias de inmigración federales respecto a la ciudadanía o situación de inmigración de cualquier individuo. La ley federal no requiere que los gobiernos locales recopilen tal información o participen en hacer cumplir la ley de inmigración, dijeron los funcionarios de la ciudad.
La Hermana de la Misericordia Janet Korn fue una de cerca de 20 personas en la audiencia pública el 21 de febrero que aplaudieron la acción de la ciudad.
"Sinceramente quiero agradecerles su consideración de este asunto de santuario … (de) no poner el dinero en primer lugar por sobre las vidas de hombres, mujeres y niños que trabajan tan arduamente en nuestros campos como también en nuestras universidades, nuestros hospitales, nuestras iglesias y hogares de ancianos y en tantos otros lugares", dijo la Hermana Korn a los miembros del concejo durante la audiencia. "Si perdemos nuestros trabajadores migrantes, también perdemos los ingresos de las granjas lecheras, de nuestras (granjas) de frutas y vegetales y de nuestra floreciente industria del vino".