Simulacro abre ojos a la pobreza

ROCHESTER — Las "familias" estaban esparcidas por toda la sala grande de convención y representaban todos los tamaños y categorías, desde familias nucleares hasta madres solteras y hasta una sola persona.

El perfil de cada familia estaba basado en un escenario verdadero. Algunas de las familias alquilaban apartamentos. Otras estaban sin hogar. Unas pocas tenían un auto, mientras que las demás tenían que depender de autobuses para la transportación.

El trabajo de las casi 100 personas que participaron en el simulacro de pobreza auspiciado por la Finger Lakes Health Systems Agency (Agencia de Sistemas de Salud de los Finger Lakes, siglas en inglés FLHSA) era asegurar que su "familia" era alimentada, vestida y tenía su alquiler pagado por un mes, explicó Rhonda O’Connor de Visions for Change (Visiones para el Cambio), una organización sin fines de lucro de Syracuse que ofrece soluciones para la pobreza a largo plazo. Ella facilitó el evento del 26 de marzo en el Hotel Radisson.

El mes fue dividido en cuatro semanas con cada semana dividida en segmentos de 15 minutos. Durante cada segmento, los participantes tenían que buscar cómo mejor usar los recursos que habían recibido. Ellos aprendieron sobre sus recursos y también qué roles tendrían en sus familias de los paquetes de información que recibieron durante la matrícula.

"Ésta es una buena manera para que la gente pueda ver realmente cómo es para la gente vivir en pobreza, las cosas por las cuales tienen que pasar y todas las barreras que ellos tienen que enfrentar", dijo Hilda Rosario Escher, directora ejecutiva de la Liga de Acción Iberoamericana. Durante el simulacro, ella tuvo el papel de una mujer en libertad condicional con un bebé que tenía muchos desafíos para conseguir un trabajo, dijo ella.

La FLHSA asumió el liderazgo en el simulacro para ayudar también a la gente a entender la conexión entre la pobreza y la salud, explicó Wade Norwood, director de programa.

Más de 80 por ciento de los que respondieron una encuesta de la FLHSA sobre el simulacro notaron que la experiencia tenía un impacto "significante" o "profundo" sobre ellos personalmente, dijo Susan Hagen, la portavoz de la agencia.

"Piense sobre el estrés de vivir en una situación socioeconómica más baja", dijo Norwood. "Las decisiones que las personas toman, reflejan las opciones que puedan tener".

Tener un entendimiento más profundo de las conexiones entre la pobreza y la salud — por ejemplo, cómo las familias pobres a menudo están obligadas a comprar en la tienda de la esquina que no tiene frutas o vegetales frescos — ayuda a las comunidades para trabajar juntas para ayudar a estas familias, dijo O’Connor.

Pero ninguna organización puede trabajar como una isla y hacer cambio real, notó O’Connor. En Visiones de Cambio, una coalición asegura que todos los grupos estén reunidos para desarrollar iniciativas, y esto incluye individuos directamente afectados por la pobreza, añadió ella.

"Si logramos que la comunidad hable la misma lengua, trabajando juntos, vamos a ayudar a individuos realmente (por) ver a esta persona holísticamente ", dijo O’Connor.

Ella facilitó también un simulacro de pobreza con ACT Rochester después de que esta organización publicó su actualización de su informe sobre la pobreza en enero, dijo O’Connor, y ella está planeando llevar a cabo otro en este verano para United Way of Greater Rochester en conexión con el papel de la organización en una iniciativa de anti-pobreza en Rochester.

Una agencia de acción de la comunidad en Missouri fue la primera que desarrolló estos tipos de simulacros hace varios años para ayudar a los trabajadores de primera línea que ayudaban a personas pobres.

"Ahora, estamos descubriendo años más tarde, cuán beneficioso es si usted quiere hacer que la comunidad cambie", dijo O’Connor de los simulacros. "Usted realmente tiene que saber lo que (pobreza) realmente es de manera que usted pueda hablar sobre esto de verdad. … No creo que se puede realmente desarrollar programas y políticas (de otra manera)".

Durante el simulacro del 26 de marzo, el estrés fue palpable en la gran sala de baile del Hotel Radisson cuando los participantes empezaron su segundo segmento de 15 minutos. En toda la sala, los voluntarios estaban en estaciones de simulacro representando varias agencias y organizaciones. Después de un comienzo tranquilo, lo cual es común según O’Connor, los participantes entendieron mejor dónde tenían que ir cuando les fue dada la luz verde. Algunos fueron derechito a la estación de gasolina para conseguir una tarjeta para gasolina; un participante se llevó una cuando el empleado estaba distraído. Otros fueron al Departamento de Servicios Sociales o a la despensa de alimentos de emergencia y trataban de colarse como si les quedara poco tiempo. Llamadas por "policía" se podían oír esporádicamente del empleado de la estación de gasolina o del administrador de la escuela. La "cárcel" estaba usualmente llena.

Realizando que ellos podían robar o amenazar para el beneficio de la sobrevivencia de su familia fue una revelación para muchos.

"La fuerza impulsora para la clase media es el logro", dijo Akilah Banister, una administradora de programa de la FLHSA. "La fuerza impulsora para la gente viviendo en pobreza es la sobrevivencia".

Y esta sobrevivencia no depende de "simplemente conseguir un trabajo", añadió ella. Entonces la persona tiene que aprender a administrar el dinero, llegar al trabajo, encontrar cuidado de niños asequible y obtener cuidado de salud, dijeron los organizadores.

Pero aun si una persona obtiene cuidado de salud, la gestión de su salud también puede quedarse a la mitad del camino, señaló O’Connor.

"Si se trata de una decisión entre trabajar y hacerse un chequeo médico, ¿qué van a escoger"?, dijo ella.

Banister, cuyo papel durante el simulacro fue de una niña de 10 años, también pudo entender el sentimiento de trauma que un niño viviendo en pobreza ha de experimentar. .

"Falté a la escuela para obtener espejuelos", dijo ella. "No puedo imaginar el estrés".

Para otros revivir las memorias de la pobreza que ellos habían superado, era doloroso.

"Cuando usted sale de eso, usted piensa, ‘lo hice. Ellos pueden hacerlo’", dijo Melanie Funchess de la Asociación de Salud Mental, que tuvo el papel de una administradora de escuela durante el simulacro. "Pero la gente tiene diferentes recursos. Hay reglas diferentes. …. Usted puede perder su trabajo. Cuando usted sale de la pobreza, su miedo mayor es volver a ella".

El simulacro también debe ayudar a las organizaciones a entender la transición difícil que tiene la gente que va de pobreza a una mejor experiencia de vida, señaló Angélica Pérez, que se crió en el centro de la ciudad y fue una madre adolescente.

"Superé la pobreza por los servicios en la comunidad", dijo Pérez, una vicepresidenta en The Villa.

Pero obtener estabilidad financiera significó perder la lealtad de otros amigos que estaban en la misma lucha de la pobreza, dijo ella. Otros hasta pueden resentir tal éxito y hacer que una persona se sienta culpable, añadió Pérez.

"Uno lamenta el sentido de quién uno es", ella dijo. "Uno tiene que hacer que (eso) trabaje para usted en este mundo nuevo. … Alguna gente no quiere dejar su mundo porque (hacerlo) causa miedo".

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